Seguir el mismo ritmo que los mejores del team y que te feliciten por tu desempeño en cada entrenamiento, es algo que me tiene muy orgulloso, son detalles que me llenan el corazón de alegría.
martes, 31 de mayo de 2016
viernes, 27 de mayo de 2016
martes, 24 de mayo de 2016
Esto es lo que he descubierto, mientras atraviesas las diferentes situaciones adversas a la vida, no vas a entender por qué te suceden ese tipo de cosas a ti.
Pero después de que te suceden, te levantas, miras hacia atrás y te dices: "Ahora entiendo por qué necesitaba esa lección, no lo pude entender entonces, pero después de atravesar todo, ahora puedo ver que la vida, me preparaba para cosas más grandes y mejores.
Pero después de que te suceden, te levantas, miras hacia atrás y te dices: "Ahora entiendo por qué necesitaba esa lección, no lo pude entender entonces, pero después de atravesar todo, ahora puedo ver que la vida, me preparaba para cosas más grandes y mejores.
lunes, 23 de mayo de 2016
domingo, 22 de mayo de 2016
martes, 17 de mayo de 2016
domingo, 15 de mayo de 2016
sábado, 14 de mayo de 2016
miércoles, 11 de mayo de 2016
martes, 10 de mayo de 2016
Acá estamos los que fuimos rebeldes con nuestro destino y venimos a exigir, cómo seres libres y pensantes nuestro derecho a vivir la vida, como se nos pare la soberana raja, no nos gastaremos el tiempo en ustedes, seres amargados que solo piensan solo en el poder, riquezas y como cagarse a la gente, porque el buen tiempo se gasta entre nosotros, creando, soñando, riendo y gritando con ganas, las anécdotas y buenas ideas, esas que no nos dejan ningún peso, pero nos llenan el corazón.
lunes, 9 de mayo de 2016
sábado, 7 de mayo de 2016
Mija entienda, no me interesa un futuro con alguien que no tiene rumbo en la vida, no me interesa alguien que todos sus problemas los ahogue en el alcohol, no me interesa salir un viernes en la noche a emborracharme, por sentir que término la semana, uno puede disfrutar sin necesidad de emborracharse, me gusta tomar un trago para compartir y no es pecado, pero cuando se te va de las manos eso, hasta ver... mi vida va en torno de lo que deseo lograr y lo que me hace feliz, no cambiare mi estilo de vida por nada ni nadie, si quiere adaptarse a mi vida bienvenida, sino prefiero estar solo que mal acompañado.
jueves, 5 de mayo de 2016
miércoles, 4 de mayo de 2016
Hoy tuve un día de mierda, en verdad fue malo, esos días que recuerdan lo frágil que es la felicidad como compañera, lo infiel que es la alegría, que de la noche a la mañana despierta de cama en cama y yaces ahí tendido mirando las esquinas donde se refugian las arañas, y algún recuerdo de cuando fuimos jóvenes, en esa época donde los atardeceres eran la tibia bienvenida a la noche que nos llenaba de besos y bellos excesos.
Hoy tuve un día muy malo, esos días donde ni el cachorro más torpe de los cachorros te mueve la cola y solo te acompañan los gritos y las malas palabras, que por alguna razón se clavan en la esquina superior derecha de la memoria interna y borra los archivos que pretendiste atesorar y que ya no están, solo quedan las huellas del vino en una camisa blanca que celebro algo que se fue después del ultimo brindis.
Hoy tuve un día malo y si llore, llore con ganas, porque la adultez nos enseña que cuando quieres llorar se llora, las chaquetas pesan, mientras pierdes la mirada en el centenar de cabezas que te acompañan en el metro con la frialdad de los anónimos, con la frialdad de los cuellos caídos frente a la pantalla estúpida, esa misma que hoy guarda silencio en mi bolsillo, porque en estos días la pena tiene mala prensa y cuando sientes esta pena espantas a los que te aman, y solo te quedas con un par de me gustas que llegan desde el pasado.
Hoy tuve un día malo, uno cargado de errores, porque estos malditos, nunca atacan en solitario y llegan uno tras otro, con las antorchas que iluminan las veredas, donde corren las advertencias, esas que no viste pasar y les cerraste las puertas justo cuando traían la voz de alerta, el grito justo antes de que te tropezaras con tus promesas y vieras como el concreto se azotaba con tu cabeza, sin misericordia después de escalar tan alto y creer que al fin la calma cabalgaba sobre el lomo de la vida, y te viste en el suelo mirando las pisadas de los días y los años que se van, sin mirar al costado.
Hoy tuve un mal día, pero no lo quiero olvidar, no quiero que desaparezca quiero que se mantenga ahí hasta que se convierta en piedra y lo pueda meter en esa vieja maleta que guardas bajo tu almohada, para recordar cada vez, que las temporadas sean de dulce miel, que los días malos están ahí siempre alerta, para recordarte que nadie dijo que esto iba a ser fácil, pero aquí estamos de nuevo, listos para mañana, para pasado mañana y todo lo que vendrá, porque la única gracia que tenemos los caídos, es que nos sabemos levantar y por la cresta que nos hemos tenido que levantar.
Hoy tuve un día muy malo, esos días donde ni el cachorro más torpe de los cachorros te mueve la cola y solo te acompañan los gritos y las malas palabras, que por alguna razón se clavan en la esquina superior derecha de la memoria interna y borra los archivos que pretendiste atesorar y que ya no están, solo quedan las huellas del vino en una camisa blanca que celebro algo que se fue después del ultimo brindis.
Hoy tuve un día malo y si llore, llore con ganas, porque la adultez nos enseña que cuando quieres llorar se llora, las chaquetas pesan, mientras pierdes la mirada en el centenar de cabezas que te acompañan en el metro con la frialdad de los anónimos, con la frialdad de los cuellos caídos frente a la pantalla estúpida, esa misma que hoy guarda silencio en mi bolsillo, porque en estos días la pena tiene mala prensa y cuando sientes esta pena espantas a los que te aman, y solo te quedas con un par de me gustas que llegan desde el pasado.
Hoy tuve un día malo, uno cargado de errores, porque estos malditos, nunca atacan en solitario y llegan uno tras otro, con las antorchas que iluminan las veredas, donde corren las advertencias, esas que no viste pasar y les cerraste las puertas justo cuando traían la voz de alerta, el grito justo antes de que te tropezaras con tus promesas y vieras como el concreto se azotaba con tu cabeza, sin misericordia después de escalar tan alto y creer que al fin la calma cabalgaba sobre el lomo de la vida, y te viste en el suelo mirando las pisadas de los días y los años que se van, sin mirar al costado.
Hoy tuve un mal día, pero no lo quiero olvidar, no quiero que desaparezca quiero que se mantenga ahí hasta que se convierta en piedra y lo pueda meter en esa vieja maleta que guardas bajo tu almohada, para recordar cada vez, que las temporadas sean de dulce miel, que los días malos están ahí siempre alerta, para recordarte que nadie dijo que esto iba a ser fácil, pero aquí estamos de nuevo, listos para mañana, para pasado mañana y todo lo que vendrá, porque la única gracia que tenemos los caídos, es que nos sabemos levantar y por la cresta que nos hemos tenido que levantar.
martes, 3 de mayo de 2016
Y me vienen las ganas, las ganas de tomarte y llevarte
ardiente contra el mundo, ganas de sacudir las copas sobre una cama antes de devorarnos,
ganas de cantar algo mientras caminamos rumbo a la casita de nuestros pecados,
ganas de mirarte a lo lejos mientras ríes con tus amigos, para así nunca
olvidar que te amo libre, ganas de sorprenderte en la mañana con alguna
historia nueva de la noche anterior, ganas de acurrucarnos en la madrugada y
robarle un día administrativo a este sistema que sabe tan poco de nosotros,
ganas de tomar tu mano sin fuerza y sacarte de tu trabajo adelante de todo
el mundo y que no dudes, me acompañes y desaparezcamos entre todo lo que te
agobia, ganas de caminar por la costanera de cualquier playa en este bello país, bajo la lluvia y prometernos todo, sabiendo que no podremos cumplir nada, ganas
de saborear tu espalda y detenerme en alguno de tus tatuajes, para volver a
dibujarlo con mis dedos, ganas de que el tiempo y la circunstancia jueguen a
nuestro favor y hagamos todo lo que soñamos hacer, ganas de que el amor nos
abra las puertas sin temerle a nada, ni a los años, ni a las derrotas, ni a las
caídas al vacío, ganas de escribir sobre ti, sobre nosotros y aunque ya no
estemos juntos, sonreír con la sensación de victoria, esa que deja el sabor del
primer beso, ganas de todo, ganas de que me vuelvan las ganas, esas ganas sin
arrepentimiento, sin remordimientos, ganas de volver a tener ganas, esas ganas
que nos vieron tan grandes, esas mismas ganas que no se van jamás.
lunes, 2 de mayo de 2016
Con la tierra mojada de testigo, con el aroma del temporal que se despide, debo reconocer que después de años, bajo los brazos apretados del orgullo, el mal parido orgullo. No sé quien encendió el fuego primero, quien disparo el primer tiro, antes de que todo lo construido se viniera abajo, aunque yo fui quien se llenó de sueños, cadáveres en las trincheras donde en algún momento hubo tierra fértil, para que las carreteras de la vida me llevaran directo a destino, ese que espere por años y que ya no está. Lo matamos, no puedo negarlo más, no sé si fui el culpable de toda esta tierra quemada, ni de las noches más oscuras de este trayecto, pero sin duda hoy quiero que lo sepan bien. Ambos tiramos la primera piedra, esa que desencadeno todo y todo fue grito, fue llanto, fue espesura, fue calambre y aquí estoy, viendo desde el balcón más sincero de todos, que este nuevo mundo que he construido, tuvo un hermano que deje atrás, como tantos otros, pero ese mundo lo destruimos los dos cuando disparamos la primera frase daga y lentamente cómo la chispa en el pastizal, todo ardió. Pero la vida, es vida y no se puede dar paso atrás, no puedo negar que hoy brindo y rio, pero amigas y amigos. Solo les quiero decir: Que es tan fácil sacar el dedo del gatillo, es tan fácil abrazar sin apretar, es tan fácil amar sin abrirle el paso a tempranos odios, es tan fácil dejar la piedra en el piso, aunque los motivos de lanzarla sobre el ventanal sean millones, no vale la pena. Porque después del primer balazo, vienen más y los besos muertos serán el peor de los castigos, amar es el puto verbo que hemos buscado toda la vida, entonces antes de odiar un poquito, amemos con ganas, que cuando se va, ya no hay vuelta atrás.
Mientras te embriagas poniéndole apellido a tu rebeldía, te quiero hablar de los rebeldes que yo aplaudo, esos rebeldes con la derrota, esos rebeldes con las circunstancias, esos pequeños héroes que día a día le ganan pequeñas batallas a la vida, a los que día a día trabajan y después de largas jornadas le roban un pedacito al día y estudian, porque ellos fueron los olvidados en las largas sesiones del congreso y pese a eso no esperan las migajas, a los que estudian con la plata que ganaron haciendo malabarismo en las calles, trabajando de albañiles, de garzones y no son pocos son miles y ahí están sin pedirles permiso a nadie, porque nadie los escucho cuando pidieron una breve oportunidad, a los que la maldita genética les arrebato las piernas o las manos, ahí están caminándolo todo, con firmeza toman las riendas de su destino y se alzan victoriosos, subiendo por las escalas de su propio olimpo. A las madres que solas se encargan de sus hijos, entre la pega, el metro y las injusticias, se las arreglan para abrazar a sus hijos y darles de comer cuchara a cuchara, arroparlos con bellas historias, cuando la noche debería cobijarlas en el descanso necesario. A los padres, que entre las monedas pudieron ser un café por la mañana o una merecida piscola después de una larga campaña en las trincheras oficinas, compran un juguetito para dar una sonrisa al terminar el día a la boca más amada, a la boca de un hijo. A los amantes pobres esos que contra la voluntad del sistema decidieron vivir en una pieza, para pelear con el arroz, los huevos y el jugo en polvo, pero amándose aunque el frio los haga temblar hasta que las caricias ardientes de la media noche, los lleven al más perfecto de los sueños, A los ancianos, que quedaron en el olvido del desarrollo y la torpe aspiración de los niños que de adultos los convirtieron en difusos recuerdos, pero ahí están firmes con las manos enroscadas y la memoria pendiendo de un beso, que les recuerda que el amor, es un buen motivo para cabalgar pese a la miseria que llega a fin de mes. A todos esos rebeldes con el destino, a todos ellos que se alzaron contra corriente, como salmones en los arroyos más secos de los días y ahí están siendo héroes de sus propias vidas, porque toda rebeldía es buena, pero la rebeldía de luchar contra el día a día, crea a los héroes por los que me pongo de pie y con lágrimas en los ojos, los aplaudo y les doy las gracias, porque cada vez que las noches me hacen flaquear, ahí están para recordarme que los cobardes están en otro lado, pidiendo disculpas o escondiendo la mano después de habérselo llevado todo.
domingo, 1 de mayo de 2016
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